¿Fe Heredada o Fe Propia? El Error #1 que Cometen los Cristianos de Cuna (y la Solución que Guatemala Está Exportando al Mundo)

Beto Gudino
7 days ago
3 min read

“El Dios de mis papás… ya no es suficiente.”

Esa frase de Meme y Dug, vocalistas de Casa de Dios Música en Guatemala, nos cayó como balde de agua fría en el último episodio de Christian Podcast. Y es que, aunque crecimos cantando coritos, levantando manos y hasta sirviendo en el ministerio, muchos estamos viviendo una fe heredada, no conquistada.

Hablamos con ellos desde Guatemala (nosotros desde California) sobre lo que Dios está haciendo allá, su nuevo álbum Salmos, y el error que está frenando a toda una generación de cristianos: confundir tradición con encuentro personal.

El despertar con responsabilidad que vive Guatemala

Meme lo dijo claro: Dios está trayendo un despertar sobrenatural, pero no del tipo emocional y pasajero. “No es mística barata”, explicó. “Es un mover con sabiduría, madurez y responsabilidad”.

Los ministerios grandes como Casa de Dios ya no permiten un cristianismo de superficie. Hay hambre real por la presencia de Dios, y la gente se está metiendo de lleno. No es solo sentir algo en un culto; es vivir transformado de lunes a sábado.

El peligro de la “cuna cristiana”

Tanto Meme como Dug crecieron en hogares cristianos sólidos. Pero ambos coinciden: llega un momento en que el Dios de tus papás tiene que convertirse en TU Dios.

“El desafío es madurar. Que Jesús no sea solo una herencia cultural, sino tu Señor y Salvador personal.” – Meme

Muchos caemos en la trampa de pensar: “Yo no necesito un testimonio dramático. Nunca estuve en drogas, pandillas o vicios”. Pero eso es exactamente el error. No necesitas tocar fondo para necesitar a Jesús. Necesitas un encuentro real, no una membresía de iglesia.

El testimonio que nos dejó sin palabras

Meme compartió una historia que aún nos tiene procesando:Una hermana de su iglesia vivió lo impensable: violada por su padrastro, golpeada por su madre, viendo televisión por un agujero en la pared. Tuvo que emigrar, huir, sobrevivir. Cuando le llegó la oportunidad de irse a EE.UU. a cumplir su sueño profesional… su mamá cayó con cáncer. ¿Qué hizo?

Eligió quedarse. Cuidarla. Honrarla. Y no solo eso: cuando su mamá sanó, les regaló viajes a sus padres. Los llevó de vacaciones con sus hijas.

“Tú tenías TODA la razón para odiarlos. Pero ella decidió perdonar y honrar.” – Meme

Milly lo conectó con Joyce Meyer: abusada por su padre, y aún así le compró una casa y lo cuidó hasta el final. Eso no es psicología positiva. Eso es el Evangelio en carne viva.

Salmos: el álbum que no para de escribirse

Su nuevo proyecto, Salmos, no es solo música. Es testimonio en melodía.

“Los salmos no terminaron en el 150. Cada encuentro con Dios escribe uno nuevo.” – Dug

Grabaron 12 canciones nacidas de vivencias reales con Dios. Y en “Me Entrego”, Meme canta algo que nos confronta a todos:

“Que mi vida sea un sacrificio de amor… una ofrenda de olor agradable para ti, Jesús.”

Pero ojo: no todo lo que le ofrecemos a Dios le agrada. Sigue pasando lo de Caín y Abel. Podemos cantar bonito, predicar fuerte, servir mucho… pero si el corazón no está rendido, no es olor fragante.

El error que está robando la adoración

Dug lo resumió perfecto:

“Hoy adoramos la adoración, no a Dios. El ‘yo’ está en el centro: yo siento, yo necesito, yo sirvo… Pero la adoración siempre debe ser vertical.”

Y Milly remató:

“Dejemos de victimizarnos. Vayamos a la iglesia a servir, no a ser servidos.”

Es un llamado a salir del “pobrecito yo” y entrar en el propósito de Dios.

Hasta los pros tienen “worship fails”

Para cerrar con risa (porque la madurez también incluye humor), Meme y Dug contaron sus peores momentos en escenario:

Meme en Perú, ante 20 mil personas: se lanzó al puente de una canción… y no llegó a la nota. 10 segundos de silencio eterno mientras los pastores la miraban como: “¿Y ahora?”.
Dug en una reunión juvenil: se olvidó toda la letra de la canción que representaba al grupo. Solución: “¿Cómo dice, iglesia?” → repitió el verso tres veces.